Cuatro soldados chinos fueron acusados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por el hackeo a Equifax en 2017, que resultó en la exposición de la información de más de 145 millones de ciudadanos estadounidenses.
El Fiscal General de los Estados Unidos, William Barr, comunicó en una rueda de prensa el lunes por la mañana que consideraba la brecha como una intromisión consciente y extrema en la privacidad de los ciudadanos estadounidenses.
La acusación sostiene que los cuatro individuos pertenecen al 54o Instituto de Investigación del Ejército Popular de Liberación. Se enfrentan a nueve cargos relacionados con fraude informático, espionaje económico y fraude telegráfico.
De acuerdo con la denuncia, además de los datos personales (nombres, fecha de nacimiento, números de Seguro Social) de 145 millones de ciudadanos estadounidenses, los piratas informáticos también consiguieron el número de licencias de conducir de 10 millones de personas en Estados Unidos. Asimismo, accedieron a otra información, como números de tarjetas de crédito, de otros 200,000 ciudadanos de Estados Unidos. Además, casi 1 millón de individuos en el Reino Unido y Canadá también resultaron afectados.
Claro, la mayoría de la gente seguramente tiene fresco en la memoria el caso de violación de datos que involucró a Equifax y que resultó en un acuerdo de $700 millones con la Comisión Federal de Comercio. Se esperaba que cada persona recibiera alrededor de $125, pero las cosas no sucedieron así.
En cambio, todos podrían recibir 10 años de supervisión de crédito gratuita que probablemente no sería necesaria si no fuera por la intervención de hackers chinos que afectaron el software defectuoso utilizado por Equifax y otras empresas en Estados Unidos.
Es improbable que los cuatro hackers mencionados vayan a ser procesados en Estados Unidos, al igual que los rusos acusados de interferir en las elecciones de 2016.
Ciberseguridad es uno de los temas abordados.