Una característica alarmante del coronavirus es su periodo de incubación: Una persona contagiada podría estar esparciendo la enfermedad sin mostrar ningún síntoma durante un período de hasta dos semanas.
¿Qué pasaría si existiera un método para detectar si alguien estaba enfermo antes de que aparecieran síntomas como fiebre y tos?
Según Nextgov, la compañía de biotecnología Profusa comunicó el martes el inicio de un estudio respaldado por DARPA para investigar si su biosensor, implantado bajo la piel, podría ser efectivo en la detección temprana de la gripe hasta tres semanas antes. Se aspira a que en el futuro este biosensor pueda contribuir a prevenir pandemias o ataques biológicos.
La idea de un dispositivo subdérmico que detecte la gripe o amenazas como el bio-terrorismo financiado por el ejército estadounidense a través de DARPA, el brazo de investigación del Departamento de Defensa, parece interesante. Sin embargo, en la actualidad, con el aumento de la vigilancia masiva y el totalitarismo en el mundo, esta propuesta puede resultar un tanto inquietante.
No te preocupes, el sensor implantado bajo la piel no recopila ni transmite información sin un dispositivo externo. Si logras superar la molestia inicial, la idea podría ser prometedora.
Así es la forma en que opera.
La plataforma Lumee Oxygen supervisa los niveles de oxígeno en los tejidos mediante un sensor ubicado debajo de la piel. Este sensor se conecta a una sonda de datos que se adhiere a la piel sobre el sensor, la cual envía información a un teléfono inteligente u otros dispositivos.
El estudio busca crear un algoritmo para identificar cambios en los niveles de oxígeno en el tejido que podrían señalar una enfermedad en una etapa temprana, antes de que la persona se dé cuenta, con el fin de mejorar la atención médica preventiva.
Según Ben Hwang, presidente y CEO de Profusa, la Plataforma Lumee Oxygen tiene la capacidad de actuar como un indicador temprano de enfermedades infecciosas al detectar variaciones en los niveles de oxígeno en los tejidos, lo que puede permitir a los profesionales de la salud intervenir rápidamente para prevenir brotes.
Profusa está realizando una investigación en colaboración con el instituto de investigación sin fines de lucro RTI International, la Universidad de Duke y el Imperial College London. Este estudio es financiado por un premio de investigación de DARPA y se prevé que los resultados se publiquen a principios de 2021. Además de monitorear los niveles de oxígeno con el sistema Lumee, se considera la posibilidad de utilizar la frecuencia cardíaca u otros indicadores para desarrollar un algoritmo.
El sensor inyectable no resulta tan amenazante en términos de privacidad como podría parecer. Sin la parte que se adhiere a la piel, simplemente transmite datos sobre la persona sin llevar a cabo ninguna acción. Un informe de Nextgov proporciona una descripción más detallada de su funcionamiento.
El sensor consta de dos componentes. Uno de ellos es una cadena de hidrogel de 3 mm, un material utilizado en lentes de contacto y otros implantes, que contiene una molécula diseñada para cambiar de color cuando el cuerpo detecta una infección. Esta cadena se inserta bajo la piel con una jeringa. La otra parte es un componente electrónico que se coloca en la piel y emite luz a través de ella para identificar el cambio de color, enviando una señal al usuario para que la comparta con un médico o sitio web.
Esto quiere decir que el sensor en sí mismo no puede enviar datos como la ubicación o información médica. Por lo tanto, la idea de un sensor inyectable financiado por los militares para vigilarnos constantemente no es del todo precisa. ¡Menos mal!
Temas abordados incluyen salud, avances tecnológicos y la pandemia de COVID-19.